Dándole los últimos retoques a la T. Tiger, que se está haciendo de rogar.
Tras restaurarla con mucho mimo y paciencia, nos está poniendo a prueba, y estamos derrochando todos los conocimientos de mecánica que se pueden emplear en una moto.
Después de recuperarla, tras su abandono de más de un par de décadas envejeciendo tirada en un patio al interperie, y donde quedó en un estado lamentable, parece que comienza a ver la luz, aunque se resiste. Unas pequeñas complicaciones de tipo eléctrico, nos están retrasando su puesta en escena. Menos mal, que nuestro amigo Juan, de manera desinteresada, se está encargando de ella, para regresarla a la vida.
Esperamos ponerla en rodaje en breve y que esta vez sea la definitiva.
¡¡¡ Que comience a rugir !!!