Domingo 27 de Abril, la tan esperada salida de final de mes,
se presentaba estupenda y así salió. Buen
día y mejor recorrido de más de 100 Km de recorrido por carreteras secundarias
y pistas de monte, con retorcidos
tramos, preciosas vistas y un intensísimo olor a pino y azahar. El trayecto
discurrió por el valle de Lecrín.
Este valle está situado en la parte centro-sur de la provincia
de Granada. Este territorio limita con la Vega de Granada al norte, la
Alpujarra Granadina al este, la Costa Granadina al sur, y la comarca de Alhama
al oeste.
El valle que da nombre a la comarca se ubica en la vertiente
suroccidental de Sierra Nevada, extendiéndose desde el corazón de la misma
hasta la meseta de las Albuñuelas y la Sierra de los Guájares, por una parte, y
desde el Suspiro del Moro hasta la confluencia de los ríos Ízbor y Guadalfeo,
por otra.
Está formada por ocho municipios, de los cuales el más
poblado es El Padul, y el más extenso es Albuñuelas, siendo este último también
el de menor número de habitantes; por el contrario, el municipio de menor
superficie es Villamena. Su capital tradicional e histórica es la villa de
Dúrcal.
Este valle, lleno de naranjos y limoneros en sus terrazas
abancaladas, nos regaló la espectacular explosión de color y olor, durante todo su recorrido, un lujazo
para los sentidos.
Espectacular ruta, que acabaría en la localidad de Otivar,
con su fiesta tradicional, dedicada a la níspola, donde degustamos un plato de
arroz, de una paella gigante que
hicieron en la plaza del pueblo, y unos
profiteroles de níspola exquisitos.
Estupendo día y recorrido.
El carpintero de Restábal, enseñándonos la maqueta de la Alhambra, que estaba construyendo.
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